Comandante en jefe de la Armada, almirante Enrique Larrañaga:
Tenemos que reforzar la vigilancia de nuestros espacios marítimos
-Contar con un nuevo rompehielos para garantizar la presencia en la Antártica y con más patrulleros oceánicos para vigilar la Zona Económica Exclusiva se estima prioritario.
Terminar la reconstrucción de la Base Naval de Talcahuano, mejorar la calidad de vida del personal de la Marina y perfeccionar la logística para aprovechar mejor los recursos, son las metas de la gestión del almirante Enrique Larrañaga, como comandante en jefe de la Armada.
En su primera entrevista con un medio, el almirante Larrañaga entrega a El Mercurio sus definiciones sobre distintos temas que van desde las adquisiciones de nuevos buques hasta la implementación de la nueva frontera marítima trazada por La Haya en su último fallo.
-En pocas semanas el país vivió dos emergencias, en Iquique y Valparaíso. ¿Cómo evalúa la respuesta de la Armada?
-Creo que el resultado en estas dos emergencias ha sido muy bueno. El rendimiento del SHOA (Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada) ha ido mejorando consistentemente desde el año 2010, y una prueba de ello es el grado de aceptación que tuvo en la última actividad (en Iquique), lo que habla de que la ciudadanía ha ido recuperando la confianza en esta organización, lo cual me llena de tranquilidad y alegría.
Ahora, en lo que respecta a las emergencias propiamente tal y el comportamiento de la institución, creo que, en general, las Fuerzas Armadas tienen una tremenda preparación y capacidad para afrontar estas contingencias. En muy breve plazo se tomó el control de las áreas afectadas y se evitaron problemas de seguridad interior. Y a partir de eso se pudo llevar a cabo todo el proceso de ayuda humanitaria.
-¿Y en el caso de Valparaíso, en particular, donde un alto oficial de la Armada asumió el control de la zona de catástrofe?
-El comandante en jefe de la Primera Zona Naval (contraalmirante Julio Leiva) fue designado para asumir como Jefe de Defensa, y verdaderamente el resultado ha sido óptimo. No hemos tenido ningún inconveniente, hay un reconocimiento de la gente afectada hacia la institución por el apoyo brindado desde el primer minuto, y el trabajo que se hizo ahí me tiene muy satisfecho. Volviendo al norte, la capacidad que tenemos con el (buque) Sargento Aldea quedó de manifiesto, porque transportamos carga en grandes cantidades, y además pudimos hacer un operativo médico en Iquique, donde el hospital se encontraba con problemas por el terremoto, con 29 cirugías a bordo, en un plazo de un fin de semana.
-Una Armada con roles de defensa, humanitarios, científicos y vigilancia costera, sin duda necesita recursos. ¿Usted es partidario de mantener la Ley del Cobre?
-Este es un tema que se ha analizado por muchos años en el Ministerio de Defensa con las instituciones. Lo concreto hoy, es que hay un proyecto en que se va a evaluar la continuidad de la Ley del Cobre o el cambio por un sistema de plurianualidad que, en los términos en que está planteado, es bastante equivalente a lo que contenía la Ley del Cobre. De manera que si asumimos que eso va a ser efectivamente así, las instituciones no deberíamos sufrir recortes presupuestarios, que es lo que al final de cuentas nos interesa.
-En añadidura a este proyecto, ¿usted considera que debiera haber un piso de asignación presupuestal para las Fuerzas Armadas?
-Más que un piso, ya que la palabra piso puede prestarse a engaño, creo que lo que sí debiéramos tener asegurado son los recursos necesarios para financiar el programa de adquisiciones que tengamos estructurado para esos cuatro años. No necesariamente hablar de piso o de techo, sino que una vez que el programa de adquisiciones haya sido aprobado por las autoridades, tener los recursos necesarios para satisfacer ese programa.
-En el tema de las adquisiciones, muchas Armadas del Pacífico están en proceso de expansión, desde Canadá a China. Incluso Perú busca adquirir dos buques de proyección, uno de reaprovisionamiento y nuevos patrulleros. ¿Qué adquisiciones son prioritarias para Chile?
-Con respecto a los procesos de renovación de las otras Armadas, cada institución tiene su ciclo, y nosotros tuvimos un período de renovación de nuestra flota hace siete u ocho años, donde renovamos la escuadra, que es lo prioritario dentro de la fuerza naval. Por lo tanto, en lo inmediato no tenemos necesidad de renovar ese material. Pero sí tenemos otras necesidades, donde podría citar el rompehielos. Nuestro rompehielos está llegando a la fecha límite de vida útil. Si Chile quiere mantener una presencia preponderante en la Antártica, necesitamos uno nuevo. Así que estamos trabajando en ese proyecto para presentárselo a las autoridades, e idealmente tener un reemplazo de ese buque. También estamos trabajando en continuar con el programa de los OPV (patrulleros oceánicos). Acabamos de lanzar el tercer OPV, que va a ser destinado al área de Punta Arenas, pero nuestro programa contempla cinco buques de ese tipo, que son imprescindibles para la vigilancia de nuestra Zona Económica Exclusiva. Así que ese va a ser nuestro segundo gran esfuerzo en construcción naval. Además, tenemos que reforzar la vigilancia de nuestros espacios marítimos con medios aeronavales. Tenemos dos proyectos de reemplazo de los antiguos aviones Óscar Dos Alfa (Skymaster), que ya llegaron al límite de su vida útil y que pretendemos cambiar por siete más modernos. Y está el reemplazo de algunos helicópteros livianos y la adquisición de un par de helicópteros Súper Puma. Yo diría que eso engloba de manera racional lo que esperamos hacer en los próximos cuatro años.
-Volviendo al rompehielos, ¿es una buena opción que lo construya Asmar o es mejor uno de segunda mano?
-Rompehielos de segunda mano ya no hay en el mercado. Al menos, no hay lo que queremos, que tiene que ser un buque que tenga a lo menos 15 años de vida remanente. Hay algunos buques muy antiguos que no satisfacen ni por edad ni por capacidad lo que Chile requiere. En ese escenario, quedan solo dos alternativas: construir en Asmar o construirlo en el extranjero. Las dos alternativas están planteadas, y personalmente creo que la mejor para Chile es construirlo en Talcahuano. Asmar tiene la capacidad para construirlo y eso permitiría hacer perdurar la construcción naval en Chile, generaría nueva tecnología, mano de obra para la gente de la Octava Región e ingreso de capitales a Chile en lugar de que se fueran al extranjero. La decisión final va a estar supeditada a los costos que signifique construir aquí o afuera, los plazos y otras variables que habrá que considerar en su momento.
-¿Cuál es la viabilidad de que Asmar también desarrolle un astillero para barcos post Panamax ante la próxima expansión del canal?
-Asmar está estudiando ese tema. Aquí en el Pacífico no existe un astillero con la capacidad de atender buques de esas características. Para Asmar, la Marina y Chile sería un hito poder contar con un astillero de esas características, porque permitiría hacer sus reparaciones en el país a gran parte de los barcos que tienen que irse al otro lado del Pacífico, con el consiguiente beneficio económico y de tecnología que eso representa.
-Entre los nuevos roles de la Marina, las adquisiciones y la creciente importancia estratégica del Pacífico, ¿está conforme con el tamaño que tiene la Armada?
-Ciertamente que uno siempre quiere tener más, o sea, si me pregunta como comandante en jefe, me gustaría tener una escuadra que fuera el doble de lo que tenemos, el triple de patrulleros y el quíntuple de aeronaves. Pero sabemos que eso definitivamente está asociado a la capacidad de los países. El esfuerzo lo tenemos que hacer en aquellas áreas donde estamos más débiles, por eso que queremos intensificar lo del rompehielos y lo de la vigilancia costera para ir cubriendo esas brechas que todavía tenemos.
"Existe coordinación con la Marina de Perú"
-¿Qué está haciendo la Armada en particular para implementar el fallo de la Corte de La Haya que modificó la frontera marítima?
-La Armada tuvo una participación activa, no solo en la reunión del 2 + 2 en primera instancia, sino que posteriormente en la delimitación de los puntos que establecía la Corte que era el futuro límite, entre el punto A, B y C desde la milla 80 hacia fuera, donde el SHOA estuvo trabajando con su símil peruano durante tres o cuatro semanas. Eso ya está cerrado. Ahora solo falta para implementar el fallo la reunión del 2 + 2 y que Perú adecue cierta legislación, que es lo que se ha estado esperando.
En lo que respecta a las Armadas, nosotros hemos seguido interactuando con la Marina peruana, con la cual tenemos una buena coordinación. Esta zona ciertamente queda en una condición, por decirlo de alguna manera, un poco inestable con respecto al tratamiento de los pesqueros que ingresan a áreas que no les pertenecen, pero Chile sigue haciendo soberanía en las aguas que le son propias y, de hecho, capturamos hace 3 o 4 días a tres pesqueros peruanos que estaban pescando en nuestras aguas, y se siguió el procedimiento normal de apresarlos, de llevarlos a puerto y cursando los procedimientos que corresponden.
-Usted habló de cierta adecuación legislativa que tienen que hacer en Perú. ¿Consideraría positivo, para seguir implementando el fallo, que Perú adopte pronto la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar) como sugirió la Corte?
-Mire, yo no sé si Perú tiene que implementar la Convemar, pero lo que sí, y que es el compromiso que ellos adquirieron con la Corte, es que su legislación sea consistente con la Convención del Derecho del Mar. La decisión de integrar o adherirse o no a la Convemar es una decisión autónoma de ese país.
Nota de Juan Pablo Toro V.
Agradecimientos a Alfonso Glade.