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miércoles, 26 de abril de 2017

Antártica I: El Proyecto de La Armada que Busca Desarrollar Un Nuevo Rompehielos al 2022


En su tradicional apoyo al esfuerzo antártico nacional de sostener la presencia chilena en el continente blanco, la Armada de Chile desplaza anualmente entre 3 y 4 unidades, trasladando todo el personal y equipamiento necesario para cumplir con esta tarea de Estado.
A esta empresa logística, se suma el apoyo a la invaluable labor que concentra el Instituto Antártico Chileno y la investigación científica que coordina a nivel nacional e internacional. En ese sentido, las unidades navales se han convertido en una plataforma esencial para el desarrollo científico. También, y en un rol más institucional, la participación de la Armada en operaciones de salvamento y rescate en la Antártica, ha incrementado el prestigio del país a nivel mundial, como un actor relevante para la seguridad marítima en el continente polar.
Por todas estas razones, la Armada de Chile lidera el proyecto denominado Antártica 1, que reemplazará al Rompehielos “Almirante Viel”. Esta gran desafío, a cargo de la Dirección de Programas, Investigación y Desarrollo de la Armada, en conjunto con el Departamento de Proyectos de Construcción Naval de ASMAR, recogió los requerimientos de las diferentes instancias comprometidas con el esfuerzo antártico nacional, específicamente del Instituto Antártico Chileno, el Ejército de Chile y la Fuerza Aérea de Chile, y especialmente, de la Armada.
Se espera que el nuevo buque polar se encuentre operativo para la temporada del 2022-2023, considerando cubrir las necesidades del Estado Chileno en materia antártica para los próximos 30 años.

Capacidad científica

El nuevo rompehielos tendrá mejores capacidades para apoyar el desarrollo de ciencia de alto nivel a bordo. Contará con modernos equipos hidro-acústicos, tales como ecosondas, sonares, perfilador de fondo, perfilador de corrientes y posicionador acústico de alta precisión. Además, estará provisto de laboratorios microbiológicos, macrobiológicos y químicos, así como también medios para la recolección, almacenamiento y conservación de muestras del mar y del fondo marino, con la capacidad de modernas y amplias cámaras frigoríficas.

Capacidades antárticas

Como buen Rompehielos, tendrá la capacidad de navegar a una velocidad constante mayor a 2 nudos en hielo de 1 metro de espesor que tenga un año de antigüedad, cubierto con hasta 20 centímetros de nieve. No obstante, considera una velocidad máxima de 15 nudos en superficie normal.
Los 111 metros de eslora (largo), 21 metros de manga (ancho), y 7.2 metros de calado  (profundidad de la parte sumergida) le permitirán disponer de una habitabilidad para 120 personas, además de una capacidad de carga de alrededor de 510 m3; además de 400 m3 de transporte de combustible; y otros 400 m3 de carga en pallets.
Además, cuenta con las características para operar en clima frío, gracias a su casco diseñado para operar a -30°C, dotado de equipamiento de seguridad para la vida humana en el mar a esas bajísimas temperaturas.

Capacidades navales y marítimas

Contará con capacidades para desarrollar labores de búsqueda y rescate ante eventuales siniestros marítimos, aéreos o terrestres en el continente antártico, con el apoyo de helicópteros embarcados, botes de rescate, y una enfermería con capacidades quirúrgicas. Lo anterior, en cumplimiento de las obligaciones de Chile en el área de responsabilidad SAR (Safe and Rescue), de acuerdo a convenios internacionales.
En labores propias de la Armada, el buque contará también con una ecosonda multihaz de alta profundidad podrá desarrollar la Cartografía Antártica nacional e internacional, y de esta forma cumplir las obligaciones adquiridas por el Estado.
El buque cumplirá los más altos estándares de seguridad de la vida humana en el mar, incorporados en el reciente “Código Polar”, que norma las características que deben cumplir los buques que navegan en aguas árticas y antárticas. También, considera exigentes normas de cuidado medioambiental, específicamente en el tratamiento de aguas, emisiones de gases y tratamiento de residuos, dando cabal cumplimiento al Protocolo de Madrid al Tratado Antártico.
En otra función, cumplirá con los estándares exigidos por la Convención para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos en la Antártica, como buque inspector, dotado del personal idóneo para realizar fiscalización pesquera de naves que estén realizando faenas extractivas en el área, lo que posiciona al Estado de Chile como un país contribuyente con el delicado ecosistema antártico.

Desarrollo Industrial

En otra arista, el proyecto que será ejecutado por ASMAR generará un círculo virtuoso entre conocimiento, ciencia y tecnología para el desarrollo industrial naval, enfatizando los avances ya obtenidos a través de la construcción del buque científico “Cabo de Hornos”, cuyas capacidades oceanográficas y pesqueras han significado un salto sustancial a la investigación. La estatura de un país se mide, en parte, por sus capacidad de gestionar, lo más autónomamente posible, su industria de Defensa, dentro de la cual la construcción naval tiene un lugar imprescindible.

Fuente: La Prensa Antártica.