Un destacamento de la Real Fuerza Aérea de Canadá (RCAF),
llamado Task Force Panam, compuesto por aviones de combate CF-18 del Demo Team
2012, y con el apoyo de reabastecimiento en vuelo, llevaron a cabo la operación
Southern Reach desde el 5 al 26 mayo de 2012, con la finalidad de aumentar los
vínculos profesionales con las fuerzas aéreas de América del Sur y Jamaica.
Con la fase brasileña concluida, el jefe de la operación, teniente-coronel
Louis-Henri Remillard, llevó al grupo a través de los Andes hasta Chile el 16
de mayo.
Con sus instituciones democráticas fuertes y estables, así
como fuerzas armadas modernas y profesionales, Chile es el principal socio de
ideas afines en América Latina. Las fuerzas armadas canadienses tienen una
relación bien establecida con Chile a través de la Real Armada de Canadá y su
homóloga chilena, así como con el entrenamiento militar y el Programa de
Cooperación (MTCP) que mejora la compatibilidad en las operaciones de paz entre
los socios de Canadá, y refuerza las relaciones bilaterales de defensa.
Cada fase de la operación presentó retos logísticos, y el
viaje a Chile demostró no ser diferente. Comenzando con la coordinación de los
tres CF-18 que despegaron desde la base de combate de Santa Cruz, Brasil, y la
del Hercules que lo haría desde Río de Janeiro.
El principal objetivo de la Operación Southern Reach era
llevar a cabo reuniones de información y vuelos de familiarización para
fortalecer las relaciones entre Canadá y sus fuerzas aéreas socias.
El capitán Eric Willrich dictó una conferencia de
familiarización entre los pilotos de la RCAF y los pilotos de la I Brigada
Aérea de la Fuerza Aérea de Chile.
Las reuniones fueron sólo el inicio de la serie de misiones
de entrenamiento entre las fuerzas combinadas entre los F-16 chilenos y los CF-18
canadienses que tuvieron lugar durante tres días.
Los pilotos volaron misiones en conjunto, familiarizándose entre ellos, así como con las capacidades de sus aeronaves, volando misiones básicas (incluyendo contraofensivas aéreas, “red air” y maniobras básicas de combate). Se practicaron técnicas para las características de cada avión; armas y tácticas). Los pilotos de los CF-18 encontraron en el Grupo 3 de la FACh, pilotos muy profesionales y capaces en todas las misiones, en las que cuatro de los pilotos chilenos volaron en el asiento trasero del CF-18. El valor del entrenamiento para todos los participantes fue muy grande.
"Las experiencias compartidas por nuestros pilotos y
sus homólogos de F-16 han demostrado ser de mucho valor", dijo el
teniente-coronel Remillard. "Nuestros anfitriones chilenos han demostrado
una apertura y deseo de aprender con nosotros, al tiempo que tuvimos una cálida
hospitalidad. He sentido un gran orgullo ser parte de este intercambio, y
esperamos tener intercambios similares entre nuestros escuadrones de combate en
el futuro, ya sean en Canadá, en Chile o en ejercicios multinacionales."